
Subidos a ese exitismo, cientos de argentinos, discuten, hoy, con total soltura si fue penal o no, si Hernández debería patear mas drops, si Pichot tendría que hacer la pausa y no largar la pelota tan rápido, y de esta manera, miles de comentarios expresados por gente que quizás en su vida vio un partido entero.
Entre aquellos que desconocen las reglas del juego me encuentro yo. Entiendo algunas circunstancias del juego pero ignoro la mayoría. Por ende, me limito a mirar, sufrir y gozar como un partido mas de una selección representando a la Argentina.
Ellos, los capaces de hacer que historia sea leyenda, lograron despertar esa pasión por un seleccionado nacional como solo, hoy por hoy, el básquet de Ginobili y compañía puede lograr.
No hay comentarios:
Publicar un comentario