Desde hacia un tiempo ya no era lo que era, ni importaba lo que importaba. Pero no estábamos peleados. ¿Distanciados? Puede ser. Lo cierto es que lo que en algún momento nos unió, parecía separarnos.
El único punto en común que teníamos era, de vez en cuando, juntarnos a recordar cosas lindas del pasado. Pero, de repente, ese pasado, muy atractivo, se volvió repetitivo.
Llevábamos mas de 20 encuentros y en cada uno de estos sucedía lo mismo. Me canse de escuchar las mismas historias una y otra vez. A veces cambiaba la forma de contarlas, o sonaban de otra manera pero seguía siendo la misma vieja historia.
Ayer al medio día, antes de almorzar, recibí un llamado del mi amigo el Negro, diciéndome que esa misma noche podría volver a reunir, después de casi un año de no vernos las caras.
Sería nuestro vigésimo quinto encuentro. Dude. Mucho. No sabía si ir o no. Pero como quería recomponer nuestra relación, fui. Desde que llegue mi predisposición fue total. Me entregue. Pero deje que la otra parte cumpla con lo que fui a buscar.
La reunión que duro casi dos horas y media, fue inmejorable. La relación volvía a ser como antes. Cada segundo, cada minuto que pasaba era cada vez, mejor y mejor.
Y así, con una lista nueva, con canciones que hace mucho no tocaban y con versiones nuevas de otros y con la presentación de un tema de su esperadísimo nuevo CD, fue, que en nuestra boda de plata, me volví a enamorar de Divididos.
1 comentario:
No había entendido muy bien el post hasta que llegue al final..siempre se vuelve al primer amor.
PD: Hace poco los ví y gratis. Estuvo buenisimo el recital. Ojala se repita.
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