El sábado pasado, como anticipe en un post anterior, fui a ver a Gran Martell, en Planet Music, Cabildo 853 (casi Lacroze), un pub grande y muy bien ambientado.
Cerca de las 22.45 comienza a tocar Volton, la banda invitada. Hicieron, más o menos, 10 temas bastante copados. Me parecio una buena banda. Luego, cerca de la medianoche, subió al escenario Gran Martell, banda que debe su nombre al ilusionista rumano Joseff E. Martell -1881-1926- que fue contemporáneo de, quizás el ilusionista mas grande, el estadounidense Harry Houdini.
“Es difícil que alguien nos venga a ver y se vaya indiferente. O la pasó como el orto o le rompimos el mate. Los rebotes no son grises” explica Jorge Araujo, el baterista.
En mi caso particular fue la segunda opción. Como de costumbre desplegaron esa virtuosidad que los caracteriza, esa que cada día los hace sonar mejor. Una experimentación anti-cuatro por cuatro, donde despliegan toda su potencia incomparable. Sumado a la buena onda que le ponen los tres, un condimento más a gran show que brindan.
La hora que duro el show de GM fue algo así como perder la noción del tiempo y el espacio, concentrándote únicamente en el experimento que se llevaba acabo arriba del escenario.
Gustavo Jamardo, el bajista, definió mejor que nadie el estilo granmartelistico en una entrevista al diario Pagina/12: “En el vivo soy un asesino... no me pasan otras cosas por la cabeza”.
Tito Fargo, el guitarrista, dice que “Tenemos ese feedback con la gente que no pasa por revolear nada, sino por estar así”. Jamardo expreso que: “En un show de Martell, va a ser difícil que alguien haga algo, porque lo hacemos nosotros. Yo no necesito que un tipo se tire al piso: me tiro yo”.
Da la impresión que GM va en contramano de los que marcan los estándares que el mercado y el marketing impusieron desde los noventas.
PD: La foto, de baja resolución como pueden ver, fue sacada con mi celular, durante el show del sábado.
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