Este organismo, monopolizador de las palabras de habla hispana, cometió la imprudencia de dar por valido algunos de los términos históricamente cuestionados, no lo por ellos, sino por toda la saciedad, incluida la nuestra.
Desde chicos nuestros padres se esfuerzan en mejorar nuestro vocabulario cotidiano, evitando de pronunciemos de forma errónea algunos términos que comúnmente son confundidos en nuestra temprana edad.
Entonces, resulta que el famoso murciegalo, ahora es aceptado como valido, aunque Google, por ejemplo, todavía no lo reconoce.
También, la RAE avaló la utilización de palabras como: almóndiga y miar (en lugar de maullar).
Después de tantos años de esfuerzos por hablar correctamente cuando éramos niños y años de esfuerzo para enseñar de grande, los señores que tomaron esta determinación no merecen otra cosa que ir derecho a la comiseria.
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